El reloj de arena
La tormenta de arena lo envolvía todo, cegando a Raúl en medio del desierto. Mientras avanzaba, tropezó con un objeto semienterrado: un reloj de arena antiguo, con inscripciones que parecían cambiar cuando lo miraba. Al tocarlo, sintió un estremecimiento, y de pronto, el viento se detuvo. Probó girar el reloj… y el sol en el cielo retrocedió. Comprendió que tenía en sus manos el control del tiempo.
Con esta nueva habilidad, Raúl comenzó a modificar su pasado, evitando errores, regresando a momentos felices, pero descubrió algo inquietante: cada vez que usaba el reloj, una parte de su memoria desaparecía. Con el tiempo, olvidó rostros, lugares, y hasta su propio nombre. En un último intento desesperado, volteó el reloj para restaurar su vida… pero el vidrio se resquebrajó.
Al amanecer siguiente, solo quedó la arena… y un reloj roto, esperando a su próximo dueño.
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