El mercado de sueños
En una calle estrecha, donde pocos miraban, existía un mercado que abría solo a medianoche. No vendía frutas ni joyas, sino algo más valioso: sueños olvidados.
Los visitantes llegaban con la mirada perdida, buscando algo que no podían describir. Los vendedores ofrecían frascos con sueños atrapados en su interior.
Una niña encontró un sueño de aventuras en altamar, olvidado por un viejo marinero. Un anciano compró un sueño de juventud que nunca vivió.
Pero había una regla: una vez que un sueño era adquirido, otro debía quedar atrás.
Al amanecer, el mercado desaparecía, dejando solo el eco de los sueños intercambiados… y el misterio de dónde habían ido los que se perdieron.
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