La isla de los libros olvidados

Había una vez un marinero llamado Tobías que navegaba sin rumbo fijo, buscando algo que ni él sabía qué era. Un día, después de una tormenta feroz, encontró una isla que no aparecía en ningún mapa. Al llegar, se sorprendió: no había casas, ni personas, ni animales… solo libros. Miles y miles de libros, apilados en torres, flotando en el aire o brotando como flores del suelo.

Curioso, Tobías abrió uno. Era un cuento que recordaba haber leído de niño, pero que había olvidado por completo. Luego abrió otro: una historia que su madre le contaba antes de dormir. Y otro más: un diario que una vez quiso escribir, pero que nunca empezó.

Pronto comprendió que todos esos libros eran recuerdos, sueños y palabras olvidadas por personas en todo el mundo.

Durante días, leyó sin parar. Cada libro que tocaba revivía una parte de su corazón que creía perdida. Entonces decidió quedarse en la isla, no como náufrago, sino como guardián.

Desde entonces, si alguna vez olvidas un cuento que te hizo feliz o una idea que amaste, no te preocupes. En alguna parte del océano, Tobías lo está cuidando para ti.